Yo hago bra fitting ¿y tú?

Yo hago bra fitting ¿y tú?

Estimadas compañeras corseteras, hay que mojarse. Permitidme que me explique utilizando esta analogía.

Cuando la mujer nos visita y sabe “qué hacemos” es porque espera que la ayudemos y le demos una solución. Pero, ¿sabemos lo que tenemos que hacer nosotras?

Comparemos nuestra tienda con la consulta de un médico.

Cuando una paciente llega a su médico este le pregunta, escucha y toma notas. La pasa a la camilla y la explora en busca de signos que le ayuden a encontrar cual es el problema. Una vez acabado el examen/exploración le prescribe su remedio o medicina. No solo eso, además le dice como tomarla, las precauciones e incluso cuando esta debe volver a revisión. Hasta aquí bien.

Si nosotras somos esa prescriptora en la que una mujer pone su confianza es porque espera que la ayudemos.

Nosotras, con sonrisa puesta, damos la bienvenida, escuchamos, preguntamos de forma discreta, con tacto, lo necesario para encontrar una solución.

Con esta charla previa y necesaria deberíamos ser capaces de conseguir transmitir confianza suficiente para que “se deje” aconsejar. Sabemos por experiencia que muchas mujeres vienen totalmente convencidas de que su talla es su talla y no hay quien las baje del “burro”.

Empezamos nuestra “exploración” con la cinta métrica y preguntando la talla que gasta actualmente.

Comienza nuestro “número” porque con solo mirarlas sabemos que casi ninguna lleva la talla adecuada. Pasamos al probador y no nos quedamos fuera porque hay mucho que hacer. Explicar cómo colocar el sujetador para empezar.

Fijándonos en las posibles señales físicas (síntomas) vemos las consecuencias de haber llevado mal puesto el sujetador y vamos informando a la señora. Si, a la señora hay que informarla. Tiene derecho.

¿Cómo os sentís cuando vais al médico y no os da más explicación de cómo estáis y solo recibís una fría receta médica?

¿Cuántas de vosotras os habéis quedado con las ganas de preguntar “¿Cómo estoy?” y os han despachado con un seco “bien, tómese esto y (con suerte) vuelva en un mes”?.

A la mujer hay que informarla y formarla.

¿Qué se puede ir a la competencia? Pues claro, pero ¿qué competencia? ¿hacen lo mismo que vosotras? ….

¿Qué lo van a intentar? No necesariamente aunque si así fuera quizás sea por precio porque sois únicas prescriptoras que no sólo venden sujetadores sino sujetadores tallados.

En soloisa enseñamos porque creemos que la información es libertad y poder. Informamos de cómo, cuándo y por qué. Y de poco sirve saber mucho y no saber transmitirlo.

Hace unos días me ocurrió algo especial. El revisor del tren, que me llevaba a un curso a Barcelona, me dijo: "la información que llega a nosotros no es nuestra y por eso debemos dejarla seguir, transmitir... que no se estanque." Me gustó. Gran enseñanza para mí.

¡Qué no es fácil! ¡Ya!. Una amiga que me quiere me dijo recientemente,

“Sueña a lo grande, porque los sueños más grandes van por las vías más despejadas, por donde mucha gente no se atreve a circular.”

¿Quieres soñar con nosotros? Búscanos.

Isabel López González