Para qué sirve el sujetador

¿Para qué sirve el sujetador?

¿Es necesario?

Llegados a esta parte es inevitable pensar que si el pecho se cae, habrá que sujetarlo, ¿sí? ¿O no?

En 1913, Mary Phels Jacobs improvisó una prenda interior para lucir su vestido de cocktail en una fiesta. Se dio cuenta de que su corsé se veía y, con dos pañuelos de seda y una cinta, creó el primer sujetador. El 3 de noviembre de 1914 lo patentó.

En aquel momento lo hizo por cuestiones estéticas, aunque hoy en día su papel más relevante es el sostener el peso del pecho con la finalidad de aliviar dolor y molestias.

El sujetador actual es una estructura compuesta por una serie de tejidos, partes metálicas y plásticas y sirve para sujetar o sostener de forma confortable el pecho femenino de forma que no produzca molestia alguna.

Dependiendo de la actividad que se esté realizando la sujeción debe ser distinta. La sujeción de un sujetador para dormir es distinta que la de un sujetador para practicar spinning. Tampoco es igual un sujetador para un pecho en desarrollo, que un sujetador de lactancia. Cada uno requiere una sujeción especial y adecuada. Podemos incluso lucir un vestido con los hombros descubiertos utilizando un sujetador sin tirantes que muestre un bonito escote sin renunciar a su sujeción.

La importancia de estar bien tallada

Son muchas las quejas con el sujetador: se caen los tirantes, se sube la cinturilla, se amontona el pecho por encima o se  sale por debajo… y da igual que sean caros o baratos. Y no hablemos de las dichosas marcas que dejan debajo de ese  vestido que tanto nos gusta.

Al final es cuestión de tallas, sí, porque NUNCA nos han dicho qué talla tenemos.

Cuánto dinero habremos gastado en un sujetador que luego se queda en el fondo del cajón porque no nos encaja, nos  molesta. Por eso antes de comprar un sujetador, se hace imprescindible que conozcas tu talla y copa, pero la de verdad.

Para eso necesitas un estudio personalizado, necesitas un Bra-Fitting.