Si tu sujetador pudiera hablar… te contaría algunas cosillas que no le gusta que le hagas.
- 1º EVITA GIRAR EL SUJETADOR AL PONERTELO: El 95% de los sujetadores se abrochan por detrás; nos colocan los corchetes en la espalda y es por algo.
Un elevado porcentaje de mujeres se abrocha el sujetador delante y luego lo giiiira para luego meter los brazos y colocar su pecho en el. Abrochar el sujetador de esta forma hace que la cinturilla de este se estire, los tejidos cedan y que los aros y ballenas se deformen.
Me consta que muchas mujeres tienen verdaderos problemas para colocarlo por detrás y si no se puede, pues no se puede, pero esto nos da la respuesta de por qué se estropean antes. En el mercado existen sujetadores con cierre delantero para esos casos.
- 2º EVITA DOBLAR EL SUJETADOR POR LA MITAD: Al guardar el sujetador, tenemos la tendencia de doblar el sujetador por la mitad, copa con copa y esto hace que les salga arrugas que después no tenemos forma humana de sacar.
Un ejemplo:
Este simple gesto no es una manía, sino que era la forma habitual de doblar el sujetador antes de que la tecnología y la moda nos invadieran con los modelos preformados, llamados popularmente “sujetadores sin costuras” para evitar cualquier tipo de marcas en nuestra ropa.
Hace unos años todos los sujetadores estaban formados por una serie de piezas, que cosidas entre sí, daban una forma determinada a nuestro pecho. Las copas del sujetador sin costuras son prehormadas con calor y pierden su forma si se las obliga a la forma contraria para las que fueron creadas.
- 3º EVITA METER EL SUJETADOR EN LA LAVADORA: ¡Ya!, y como lo hago, -dirás-, ¿a mano? Já.
Bueno. Lavar un sujetador, con aros, en lavadora hará que el centrifugado, por corto que sea, haga estragos con tejidos y elementos delicados del mismo.
¿Has visto alguna vez una lavadora en pleno centrifugado?
La fuerza centrífuga hace que la prenda expulse el agua a base de golpes contra el tambor, así que imagina lo que pasa con los elementos metálicos como aros, ballenas y corchetes. Corchetes que se enganchan en otras prendas, aros que se salen del sujetador y terminan en el filtro de la lavadora.
¡¡Qué alegría para el técnico!!
Y por supuesto, los aros se clavan haciendo que su uso sea inseguro y molesto.
Los aros que utiliza Chantelle, por poner un ejemplo que conozco, son creados con la dureza y flexibilidad necesarias, recubiertos de una capa de tejido y en las tallas y copas que lo requieren, van forrados doblemente. Es por eso que duran mucho más a pesar del uso y disfrute que le dan algunas consumidoras de sujetadores.
¿Cómo doblar un sujetador y que no queden esas antiestéticas arrugas?
Te explico cómo en la imagen que sigue.
Si en el fondo sabes que son 5 minutos.
Mientras estás en la ducha, preparas agua tibia en el lavabo con un poco de jabón neutro. Lo pones en remojo y al salir de la ducha, un enjuague y listo.
Lo dejas colgadito dentro de la ducha y verás como por la mañana está como un sol.
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